San Atanasio, uno de los grandes Padres de la Iglesia primitiva, dijo: “Los cincuenta días desde el domingo de la Resurrección hasta el domingo de Pentecostés se celebran con alegría y júbilo como un día festivo, de hecho, como un 'gran domingo'.
Es importante que sigamos celebrando la alegría, la paz y la esperanza que trae la Pascua. Desafortunadamente, la Pascua en el mundo secular no dura mucho. Ya no hay tarjetas de felicitación o decoraciones de Pascua en las tiendas, y no hay villancicos asociados con la pascua en nuestra cultura secular como, la Navidad. ¿Cómo, entonces, continuamos la celebración?
La forma más importante para continuar con esta celebración es participando en la Misa fielmente. Cada vez que participamos en la Misa, nos encontramos con el Señor Resucitado tan real y verdaderamente como lo hicieron los primeros cristianos en las lecturas del evangelio que hemos escuchado durante esta temporada. Al traer nuestro corazón y alma completamente con nosotros a la Misa, continuamos la experiencia de la Pascua.
Otra forma de continuar la celebración de la Pascua es siendo mensajeros de esperanza para quienes nos rodean. La Pascua es la victoria final de Dios sobre el pecado y la muerte; no tenemos nada que temer si estamos unidos a él. Difundamos esta increíble noticia y tremenda esperanza a todos los que encontremos.
¡Aleluya!
Con Agradecimiento,